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Alteraciones de la presión arterial en verano: ciencia, riesgos y prevención

 
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¿Por qué es relevante hablar de la presión arterial en verano?

Las altas temperaturas afectan a la regulación de la presión arterial y pueden causar tanto hipotensión como descompensaciones en personas con hipertensión o con enfermedades cardiovasculares. El calor induce vasodilatación, favorece la sudoración excesiva y la pérdida de líquidos y electrolitos, lo que puede llevar a mareos, síncopes y, en casos extremos, a complicaciones cardiovasculares graves.
Las personas mayores, los pacientes polimedicados y quienes realizan ejercicio intenso al aire libre son los más vulnerables.


¿Qué son las alteraciones de la presión arterial en verano y cómo se producen?

Durante el verano, la vasodilatación periférica hace que la sangre fluya más hacia la piel para favorecer la disipación del calor, lo que puede reducir la presión arterial (hipotensión). Además, la deshidratación por sudoración intensa reduce el volumen sanguíneo y puede potenciar este efecto.
Por otro lado, algunos medicamentos antihipertensivos (diuréticos, betabloqueantes, antagonistas del calcio) pueden aumentar el riesgo de deshidratación o dificultar la respuesta adaptativa del organismo al calor.
Síntomas frecuentes:

  • Mareo, debilidad, visión borrosa, fatiga, confusión, desmayo.
  • Palpitaciones, dolor torácico o falta de aire en casos severos.
    No sólo la hipotensión es relevante: las olas de calor y la exposición prolongada pueden descompensar cuadros de hipertensión si no se controla bien la medicación o la hidratación.


¿Para qué debemos vigilar la presión arterial en verano?

El control periódico previene accidentes, caídas, síncopes y complicaciones cardiovasculares. También ayuda a adaptar el tratamiento farmacológico de forma segura, siempre bajo supervisión médica.


Consejo farmacéutico

La oficina de farmacia es un punto de referencia clave:

  • Monitorización regular: Facilitamos el control de la presión arterial con aparatos validados y seguimiento personalizado.
  • Revisión de la medicación: Valoramos posibles ajustes en la pauta de antihipertensivos, siempre en coordinación con el médico.
  • Educación sanitaria: Informamos sobre la importancia de mantener una adecuada hidratación (agua, infusiones, frutas ricas en agua como sandía y melón), evitar el consumo excesivo de sal, alcohol y cafeína, y protegerse de la exposición directa al sol en horas centrales del día.
  • Interacciones medicamentosas: Atención especial en personas que toman varios medicamentos (polimedicados), ya que las interacciones pueden potenciar los efectos secundarios, especialmente la hipotensión y la deshidratación.
  • Productos útiles: Soluciones de rehidratación oral y complementos minerales para personas vulnerables.

¿Cómo y cuándo actuar para evitar problemas?

  • Medición: Controla la presión arterial en casa o en la farmacia al menos una vez por semana, y ante cualquier síntoma.
  • Hidratación: Aumenta la ingesta de líquidos, incluso si no sientes sed. Un adulto debe consumir entre 2-2,5 L/día, adaptando según actividad y temperatura.
  • Horarios y protección: Evita el ejercicio físico y la exposición al sol entre las 12:00 y 18:00. Usa ropa ligera y protección solar.
  • Consulta profesional: Nunca ajustes ni suspendas tu medicación sin consultar antes con el médico o farmacéutico.

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