Seguro que alguna vez has oido hablar del “codo de tenista”. Pero ¿Qué es exactamente, y porque lo escuchamos tanto?
La epicondilits, vulgarmente conocida como codo de tenista, se trata de una tendinosis crónica, derivada de una sobre solicitación de la musculatura extensora del antebrazo, normalmente relacionada con causas deportivas o laborales.
Es frecuente padecer esta lesión si tienes una sobrecarga de la musculatura del antebrazo en el ámbito laboral o si realizas una actividad en la que haya una solicitación excesiva y repetitiva de esta musculatura, como es el caso del tenis o pádel.
Acciones repetidas y una mala técnica de posicionamiento son las principales causas de su aparición.
Es necesario saber un poco de la anatomía del codo-antebrazo para entender porqué movimientos que hacemos con las muñecas afectan al codo.
Anatomía del codo
El codo se forma por la articulación entre cúbito, radio y húmero. Este último tiene dos prominencias óseas llamadas epicóndilos (lateral y media) en las que se inserta la musculatura extensora y flexora (respectivamente) de la muñeca y los dedos. El codo de tenista o epicondilitis lateral consiste en la inflamación de los tendones de dicha musculatura extensora, debido a los microdesgarros provocados por el sobreuso y la realización de actividades repetitivas que implican la acción de agarre.
Síntomas
Los principales síntomas que produce son:
- Dolor: local en la cara lateral del codo (epicóndilo externo) e irradiado hacia la mano. También aparece dolor a la palpación y este disminuye con el reposo y durante la noche.
- Pérdida de fuerza: el gesto de agarre se ve afectado, además de los movimientos de extensión de la muñeca y supinación del antebrazo.
- Rigidez: en el codo y la mano.
Diagnóstico
El diagnóstico lo realizará el médico facultativo, a través de una anamnesis exhaustiva, valoración y exploración clínica, así como la realización de pruebas complementarias que ayuden a determinar el diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento debe consistir en primer lugar, debido al origen inflamatorio de la lesión, en la aplicación de hielo local. Debemos reducir o si es posible cesar de forma total las actividades que por sobrecarga o repetición han generado esta lesión. Realizaremos masaje de descarga en la zona para conseguir reducir el tono de la musculatura afectada. Una vez hayan disminuido el dolor y la inflamación, comenzaremos con una segunda fase del tratamiento en la que el objetivo será fortalecer y estirar la musculatura del antebrazo.
Finalmente, el objetivo del tratamiento ortoprotésico reside en reducir las tensiones mecánicas y sobrecargas en la zona previa a la inserción de los tendones lesionados, para minimizar la sintomatología dolorosa y mejorar la funcionalidad del paciente, descargando el área afectada.
Actualmente, en el mercado encontramos varios modelos de vendajes:
- Cinchas para epicondilitis: Envuelven el área afectada y ejercen presión en el punto doloroso para descargarlo y redistribuir presiones. Normalmente, incorporan un cierre de velcro que permite la regulación de la presión.
- Coderas con cinchas incorporadas: Codera que incorpora en su diseño una cincha. De esta manera, no solo descargamos el área en cuestión si no que damos más soporte y estabilidad a la articulación del codo.
En esta lesión es importante, además de aplicar un buen tratamiento, realizar una prevención para que no haya recidivas. Realizaremos esta prevención mediante el fortalecimiento y el estiramiento de los músculos flexores y extensores del antebrazo y con el uso de las cinchas para epicondilitis.
También podemos corregir el gesto deportivo o laboral, para evitar movimientos inadecuados que sobrecarguen la zona.
En Jara Vida y Salud trabajamos para asesorarte y darte la mejor opción posible, acorde a tus necesidades. No dudes en ponerte en contacto con nosotros y consúltanos sin compromiso.