Cuidado de la Piel y el Cabello en época de frío

Con el frío, nuestra piel y cabello requieren atención especial. El viento, el uso de calefacción y la baja humedad resecan la piel, provocando problemas como la irritación, la descamación y el enrojecimiento. En cuanto al cabello, el frío tiende a volverlo más frágil y propenso a la caída. Mantener una rutina de cuidado en esta época es fundamental para prevenir daños a largo plazo y para que tanto la piel como el cabello luzcan saludables.

Necesidades específicas

Uno de los principales problemas al que nos enfrentamos en esta temporada es la pérdida de humedad, lo cual impacta directamente en la elasticidad de la piel y en la resistencia del cabello. Además, muchas personas pueden notar que su piel se vuelve más sensible, especialmente quienes sufren de condiciones como dermatitis atópica o psoriasis.

Recomendaciones:

• Hidratación profunda con productos especializados: El uso de cremas ricas en ácido hialurónico es ideal, ya que el ácido hialurónico es capaz de retener hasta mil veces su peso en agua, manteniendo la piel hidratada durante más tiempo. Para quienes tienen la piel muy seca, también se recomienda usar cremas que contengan aceites naturales como el de jojoba o aguacate, que nutren sin dejar una sensación de grasa. Otra opción son las cremas con ceramidas, ideales para reforzar la barrera cutánea y evitar la pérdida de agua.

• Realizar una exfoliación suave y potenciar el uso de sérums: La exfoliación en esta época debe ser con productos a base de ácidos suaves , como el ácido láctico, que elimina células muertas sin dañar la barrera protectora. Los sérums con vitamina E y niacinamida ayudan a reparar la piel y los recomiendo antes de aplicar la crema hidratante, ya que aumentan la efectividad del producto.

• Cuidar el cabello y prevenir su caída: El cuero cabelludo es otro de los afectados por las bajas temperaturas. El frío hace que las glándulas sebáceas se contraigan y no hidraten nuestro cabello con normalidad. También hay que tener en cuenta que en invierno, el uso del secador se multiplica con el fin de evitar dejar el pelo húmedo al viento como haríamos en verano. Esto reseca todavía más el cuero cabelludo y puede provocar la aparición de caspa, por lo que tenemos que procurar retirar el exceso de humedad todo lo posible con una toalla y utilizar el secador en un punto de calor intermedio sin acercarlo demasiado a nuestro cabello. El aceite de argán y el aceite de coco son excelentes para nutrir el cabello en profundidad. Recomiendo mascarillas capilares de uso semanal que contengan estos aceites, junto con queratina que ayuda a evitar la pérdida de brillo y la fragilidad. Para prevenir la caída, los suplementos de biotina son recomendables, ya que fortalecen el folículo piloso. 

Consecuencias que tiene el frío en nuestra piel

El frío provoca que la circulación sanguínea de nuestro cuerpo se ralentice provocando que se acelere la deshidratación de nuestra piel.
En invierno la renovación que lleva a cabo nuestra dermis para retirar las células muertas y sustituirlas por células epidérmicas nuevas se hace con menor frecuencia. Esto causa en nuestra piel sequedad, eccemas, tirantez e irritación.

Incluso las rojeces que habitualmente vemos en las mejillas cuando hace frío, son provocadas por la dilatación de los vasos sanguíneos de las capas más superficiales de la piel para aumentar nuestra temperatura en esa zona.

Adaptar el cuidado de la piel y el cabello a la época de frío puede evitar problemas mayores y mantener la piel y el cabello saludables. El uso de productos específicos, tanto por vía oral como tópica, y una hidratación constante son esenciales en esta temporada.