Septiembre no solo es el mes de la vuelta al trabajo y al colegio, también es el momento en que muchas personas deciden retomar la actividad física. Después de un verano con rutinas más relajadas, en el que a veces se reduce la práctica deportiva o se sustituye por actividades más informales (paseos, baños en la playa, juegos al aire libre), llega el momento de volver al gimnasio, a correr o a practicar el deporte habitual.
Y aquí aparece una situación muy frecuente: las agujetas, dolores musculares, sobrecargas e incluso pequeñas lesiones articulares. Todo esto forma parte del proceso de adaptación del cuerpo, pero conviene conocerlo bien para prevenir complicaciones y afrontarlo con seguridad.
¿Por qué aparecen las molestias al volver a entrenar?
El cuerpo necesita tiempo para adaptarse al esfuerzo. Durante semanas de menor intensidad, los músculos y las articulaciones pierden parte de la resistencia adquirida. Si en septiembre volvemos con demasiada fuerza o entusiasmo, los tejidos se ven sometidos a un estrés para el que no estaban preparados.
- Agujetas: son microlesiones en las fibras musculares provocadas por un esfuerzo mayor al habitual. Aunque generan molestias, no son peligrosas y suelen mejorar en pocos días.
- Sobrecargas musculares: cuando se repite un movimiento sin la preparación adecuada, los músculos acumulan tensión y aparecen contracturas.
- Dolores articulares: rodillas, tobillos o espalda pueden resentirse por la falta de entrenamiento previo o por gestos técnicos mal realizados.
Un ejemplo típico es la persona que tras meses sin correr decide hacer 10 km el primer día de septiembre: es muy probable que al día siguiente tenga dolor muscular intenso o incluso alguna lesión tendinosa.
La ayuda desde la farmacia y la ortopedia
La farmacia y la ortopedia pueden ser grandes aliadas en este proceso de readaptación deportiva:
- Geles y cremas antiinflamatorias tópicas: alivian las molestias leves en músculos y articulaciones, sobre todo en los primeros días de dolor.
- Crioterapia (aplicación de frío): el hielo es la primera medida tras un esfuerzo intenso o una sobrecarga, ya que reduce la inflamación y calma el dolor.
- Ortesis deportivas: tobilleras, rodilleras, muñequeras o fajas lumbares ofrecen soporte a articulaciones debilitadas o que ya han sufrido lesiones en el pasado. Se utilizan tanto para prevenir recaídas como para mejorar la estabilidad durante el ejercicio.
- Complementos de colágeno, magnesio o ácido hialurónico: en algunos casos, estos suplementos pueden ayudar a mejorar la salud articular y muscular, aunque siempre deben valorarse de manera individual.
Recomendaciones nutricionales para la recuperación
La nutrición juega un papel clave en la prevención y el alivio de molestias:
- Proteínas: necesarias para la reparación muscular. Una dieta equilibrada con carnes magras, pescado, huevos y legumbres ayuda a recuperar los tejidos tras el esfuerzo.
- Omega-3: presentes en pescados azules, semillas y frutos secos, tienen un efecto antiinflamatorio natural.
- Hidratación adecuada: el agua y las bebidas con electrolitos previenen calambres y facilitan la recuperación.
- Antioxidantes: vitaminas C y E, presentes en frutas y verduras, ayudan a reducir el daño oxidativo generado por el ejercicio intenso.
Consejos prácticos para una vuelta segura al deporte
- Progresión: empezar poco a poco, aumentando la intensidad y duración del ejercicio de forma gradual.
- Calentamiento y estiramiento: fundamentales para preparar el cuerpo y prevenir lesiones.
- Descanso activo: alternar días de entrenamiento con jornadas de recuperación ligera, como caminar o hacer yoga.
- Escuchar al cuerpo: si el dolor es persistente o incapacitante, conviene detener la actividad y consultar con un profesional.
- Equipamiento adecuado: usar calzado deportivo adaptado y, si es necesario, plantillas u ortesis para mejorar la pisada y la postura.
CONSEJO
Volver al deporte en septiembre es una oportunidad magnífica para cuidar la salud, pero hacerlo de manera brusca puede traer consigo molestias innecesarias. La combinación de sentido común, progresión, buenos hábitos de recuperación y el apoyo de la farmacia y la ortopedia es la mejor estrategia para disfrutar del ejercicio sin lesiones.
En definitiva, el objetivo no es entrenar más rápido ni más fuerte desde el primer día, sino hacerlo de forma constante y segura, para que el deporte vuelva a ser un aliado de la salud y no una fuente de problemas.