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Fotoprotección ocular

 
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En condiciones normales de exposición solar, el ojo dispone de mecanismos naturales de protección como son, por ejemplo:

- su estructura mayoritariamente acuosa, que absorbe las radiaciones infrarrojas e impiden que alcancen la retina

- o también la pupila, que reduce su tamaño cuando la cantidad de luz es considerable.


Sin embargo, las radiaciones ultravioletas son un componente no visible de la radiación solar y están siempre presentes, aunque el día esté nublado.


Ante esta radiación ultravioleta el ojo no está protegido y puede afectar a varios niveles:

- En la RETINA, donde puede producir degeneración macular, destrucción de fotorreceptores y uveítis.

- En la CÓRNEA, produciendo queratitis, y perdida de transparencia.

- En el CRISTALINO, donde puede producir cataratas.

- En la CONJUNTIVA, provocando conjuntivitis.

- Y en los PÁRPADOS, produciendo edema palpebral, quemaduras e incluso cáncer de piel.

El uso de gafas de sol es por tanto la forma de protegernos ante estas radiaciones ultravioleta siendo de especial importancia en personas que presentan:

  • degeneración macular (DMAE),
  • principio de caratas,
  • problemas hereditarios en la retina,
  • albinismo,
  • fotofobia o después de una cirugía refractiva.


Para poder protegernos convenientemente necesitaremos unas gafas de sol homologadas que deben cumplir con unos requisitos mínimos:

- En primer lugar, deben filtrar o eliminar las radiaciones ultravioletas nocivas que son aquellas cuya longitud de onda está por debajo de los 400 nanómetros.

- En segundo lugar, deben reducir la intensidad de la luz visible que pasa al ojo. Existen filtros que van desde la categoría 0 (que absorben hasta el 19 % de la luz) hasta la categoría 4 (que absorben más del 90 %).

- No deben modificar los colores naturales.

- Las lentes deben ser resistentes a los cambios de temperaturas, golpes y roturas.

- Deben ser aptas para la conducción o, en su caso, indicar lo contrario.

- Y por supuesto, llevar el marcado CE, identificación del fabricante y modelo de la gafa.


También debes conocer que existen distintos tipos de lentes:

- Tintadas: presentan distintos colores que, además de filtrar luz, ayudan a mejorar contrastes. Las más habituales son de color marrón, gris, verde.

- Polarizadas: reducen reflejos molestos en superficies planas y transparentes como el mar, la nieve, carreteras, etc.

- Espejadas: tienen una capa de tratamiento reflectante que protege del exceso de luminosidad directa.

- Fotocromáticas: cambian de color con la luz lo que permite que se puedan utilizar en diferentes condiciones lumínicas.


De la misma manera que cada persona tiene un estilo de vida, las diferentes lentes o filtros solares, deben adaptarse a distintas necesidades y a las diferentes condiciones de luz y temperatura.


Recuerda, pregunta siempre a tu farmacéutico y optometrista de confianza. Te ayudaremos y resolveremos cualquier duda que tengas a la hora de escoger el tipo de gafas de sol más adecuadas.

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