A menudo nos sucede que, cuando nos duele la cabeza, estamos acatarrados o tenemos un poco de fiebre, dudamos entre tomar ibuprofeno o paracetamol, sin pararnos a pensar cual es el más adecuado o no.
A pesar de sus similitudes, ambos fármacos cuentan con diferentes indicaciones e interacciones y provocan distintos efectos secundarios. Conocerlos un poco mejor nos puede ayudar a elegir el más efectivo para cada circunstancia y, por tanto, el mejor para nuestra salud.
Ibuprofeno: qué es y para qué sirve
Este fármaco pertenece a la familia de los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). Su acción es analgésica, antitérmica y antiinflamatoria. Es decir, es capaz de aliviar el dolor, bajar la fiebre y reducir la inflamación desde la media hora posterior a su toma y hasta las seis horas siguientes, aproximadamente.
Por tanto, el ibuprofeno está indicado para tratar en pautas cortas dolor leve o moderado asociado a diferentes procesos (dolor menstrual, dolor muscular o dolor óseo, por ejemplo), así como la fiebre alta, y, en pautas más mantenidas, para el tratamiento de otros procesos que cursan con inflamación, como los de origen reumático.
¿Qué dosis de ibuprofeno son recomendables?
La dosis de 400 miligramos de ibuprofeno es una cantidad más que suficiente para tratar las dolencias habituales. Es importante recordar que a dosis iguales o menores de 1200 mg al día ya pueden aparecer entre otros, efectos adversos gastrointestinales.
¿Qué precauciones son necesarias al tomar ibuprofeno?
El ibuprofeno, como el resto de fármacos de su grupo, cuenta con el inconveniente de que no debe ingerirse con el estómago vacío, ya que puede irritar la mucosa del estómago, y por este motivo se ha de tomar siempre junto a alimentos. Es mejor evitar tratamientos prolongados con ibuprofeno en personas mayores de 65 años porque incrementa el riesgo de erosión gástrica.
El ibuprofeno tampoco está recomendado para bebés menores de seis meses, y hay que tener precaución en el resto de niños. Si existen dudas en cuanto a la dosis y en aquellos procesos en los que el niño sufra cuadros gastrointestinales o cuando el dolor o la fiebre no cedan en pocos días, lo adecuado es preguntar al pediatra.
Algunos pacientes que padecen insuficiencia renal o hepática grave, o toman fármacos para la tensión o sufren asma, pueden agudizar los síntomas si toman ibuprofeno. Por este motivo su utilización estará claramente contraindicada, por lo que hay que consultar con el profesional.
Debido a que puede provocar interacciones con otros medicamentos, el ibuprofeno no está recomendado para personas mayores, que suelen seguir varios tratamientos al mismo tiempo, y para aquellas personas que, con independencia de su edad, siguen otros tratamientos a la vez, el profesional médico será el encargado de despejar las dudas al respecto.
Las mujeres embarazadas deberían consultar antes de tomar por su cuenta cualquier fármaco. El ibuprofeno en general no se recomienda en el embarazo y está especialmente contraindicado en el tercer trimestre de gestación.
Paracetamol: qué es y para qué sirve
Alivia el dolor y reduce la fiebre por igual, por lo que estas dos propiedades, analgésicas y antipiréticas, “justifican” su uso idóneo para tratar el dolor leve o moderado y la fiebre al mismo tiempo (como, por ejemplo, en la gripe) o para dolencias leves comunes como las cefaleas, la lumbalgia, el dolor de muelas o el de huesos. Su uso, en todo caso, ha de ser ocasional.
¿Qué dosis de paracetamol son recomendables?
Al contrario que el ibuprofeno, el paracetamol cuenta con la ventaja de no dañar nuestro estómago. Por eso, podemos tomarlo solo o con agua, zumo o leche.
El paracetamol tarda entre cuarenta y cinco minutos y una hora en hacer efecto y este suele durar unas cuatro horas. Lo ideal es tomarlo cada ocho, aunque este periodo de tiempo puede reducirse a seis horas. Una dosis de 500 o 600 miligramos suele bastar para mitigar el dolor y la fiebre, aunque también existen dosis de un gramo. En cualquier caso, los adultos nunca deben sobrepasar la dosis máxima de cuatro gramos al día.
En el caso de bebés y niños pequeños suele administrarse en gotas y la dosis de paracetamol depende del peso. Si tienen problemas de ingerir siempre estará la opción del supositorio por vía rectal.
A partir de los 34 kilos de peso, pueden utilizar la presentación de paracetamol de 500 mg. El pediatra será quien indique siempre la dosis adecuada.
¿Qué precauciones son necesarias con el paracetamol?
A pesar de no provocar malestar gástrico, una dosis demasiado elevada de paracetamol puede resultar tóxica para el hígado. Pueden aparecer vómitos, diarrea, mareos, somnolencia, pérdida de apetito y dolor abdominal. Si no se trata, el daño hepático puede llevar a un coma o, incluso, a la muerte.
Para evitar estos efectos secundarios y dañar nuestro hígado, no hemos de exceder la dosis máxima recomendada de paracetamol de 500-600 mg cada ocho horas. Tampoco deben tomarlo las personas que sufren insuficiencia hepática, personas con anemia o que tienen problemas con el alcohol. También hay que ajustar las dosis en pacientes con insuficiencia renal.
Al contrario de lo que sucede con el ibuprofeno, el paracetamol sí puede tomarse durante el embarazo, siempre que esté justificado.
¿Cuándo tomar ibuprofeno y cuándo paracetamol?
En primer lugar, siempre hay que tener en cuenta que aunque paracetamol e ibuprofeno se dispensen en la farmacia sin receta médica no están exentos de posibles efectos adversos, sobre todo en algunas personas que presentan situaciones especiales. Ante cualquier duda, es necesario leer bien los prospectos, respetar las instrucciones y consultar al médico o farmacéutico si se trata de niños, embarazadas, mujeres lactantes o personas que toman otros fármacos o presentan enfermedades adicionales.
Si tengo fiebre, ¿qué tomo, paracetamol o ibuprofeno?
Tanto el ibuprofeno como el paracetamol se consideran medicamentos seguros si se usan en las dosis y los periodos de tiempo recomendados. A la hora de elegir uno u otro, una de las claves puede ser la inflamación y la intensidad del dolor. En caso de que exista inflamación, y el dolor sea intenso puede ser preferible tomar ibuprofeno; si no, el paracetamol podría ser el más indicado.
El ibuprofeno se suele recomendar en el caso de lesiones provocadas por golpes o esguinces, así como para dolores menstruales intensos, musculares o de las articulaciones. También suele ser recomendado para paliar el dolor cuando este se vuelve más agudo dentro de procesos crónicos.
En el caso de que haya fiebre, pero no dolor, puede ser suficiente tomar paracetamol. Pero si, por ejemplo, a la fiebre se suma dolor de garganta, se controla mal con paracetamol, y si se asocia fiebre con inflamación, se podría valorar optar por el ibuprofeno.