Un ejemplo ilustrativo para comenzar a hablar de las plantas medicinales es que en la antigüedad, para aliviar el dolor, el remedio se encontraba en la naturaleza. Es el caso del extracto de la corteza del sauce blanco, la salicina. Pero no será hasta finales del s.XIX cuando se extraerá de él el ácido acetilsalicílico, la comúnmente llamada ASPIRINA.
Por qué comienzo así, pues porque es bastante común entre la población creer que las plantas medicinales no pueden tener efectos perjudiciales en la salud simplemente por el hecho de ser “naturales”. Por ello y porque no requieren receta médica, su consumo para el tratamiento de todo tipo de dolencias está ampliamente extendido. Según el Centro de Investigación sobre Fitoterapia, el 68% de los españoles las utiliza para tratar alguna afección, como el insomnio, la ansiedad, el sobrepeso o el estreñimiento, aunque también se usan como tratamiento preventivo.
Hacer un mal uso de ellas, puede, sin embargo, resultar peligroso: las plantas medicinales actúan como fármacos, ya que sus principios activos pueden tener un efecto biológico y evidenciable, y es habitual que su toma sea conjunta con la de un fármaco.
En este sentido, pueden interactuar con los medicamentos por dos mecanismos:
- farmacocinéticos, producen alteraciones en los procesos de LADME (Liberación-Absorción-Distribución-Metabolismo-Eliminación) del medicamento, o
- farmacodinámicos, afectan al resultado de su acción farmacológica potenciándola, minimizándola o produciendo un desequilibrio.
Interacciones más habituales entre plantas y fármacos
Absorción
La mayoría de las interacciones entre plantas y fármacos que afectan a la absorción lo hacen reduciendo los niveles del fármaco, reduciendo así la actividad terapéutica del medicamento. Algunas plantas medicinales que pueden provocar alteraciones en la absorción de medicamentos son:
Hierba de San Juan, que suele tomarse en estados depresivos, disminuye los niveles de digoxina que se emplea para las arritmias cardiacas.
Aloe vera se utiliza como laxante pudiendo reducir la absorción y, por lo tanto, la eficacia de algunos medicamentos que se toman por vía oral.
Metabolismo
El metabolismo de fármacos es el mecanismo más importante de interacciones, que pueden producirse al tomar:
Ginkgo biloba: Aumenta la eliminación de insulina y a largo plazo reduce la presión sanguínea. Interfiere con omeprazol y está contraindicado con antiepilépticos ya que activa su efecto. Los tratamientos a largo plazo con digoxina deben ser monitorizados ya que ginkgo aumenta su concentración en plasma.
Ginseng y Hierba de San Juan: pueden provocar inducción enzimática, esto quiere decir que acelera el metabolismo del medicamento llegandose a eliminar sin haber tenido efecto alguno en el organismo. Volvemos a la Hierba de San Juan, acelera el metabolismo de los anticonceptivos orales, reduciendo su efecto, y los antirretrovirales como el indinavir, reduciendo sus niveles.
Efedra y guaraná: pueden interaccionar con la insulina y los antidiabéticos orales.
Eliminación
Hierba de San Juan: aumenta la excreción biliar de irinotecán, con lo que reduce su eficacia anticancerosa.
Sistema nervioso
Las principales plantas medicinales que pueden interactuar con medicamentos a nivel del sistema nervioso son:
Valeriana: su efecto sedante tiene poder aditivo, esto queire decir que potenciaría la acción de otros fármacos con estas características. También, junto con la pasiflora, podría potenciar la acción de los antiepilépticos.
Beleño: aumenta los efectos anticolinérgicos (el más común es el de la sequedad de boca) de antidepresivos, antihistamínicos, fenotiazinas.
Hierba de San Juan: puede interaccionar con algunos fármacos antidepresivos con los que comparte similar mecanismo de acción, paroxetina o sertralina, y provocar síndrome serotoninérgico (nerviosismo, inquietud, rigidez muscular, sudoración intensa, frecuencia cardiaca rápida). También puede interaccionar con los benzodiacepinas.
Sistema inmunitario
La equinácea y la uña de gato pueden tener un efecto inmunoestimulante (aumentan la actividad del sistema inmune) e interactuar con inmunosupresores como la ciclosporina o la rapamicina.
Sistema cardiovascular
Ginkgo, ajo y ginseng: sus propiedades anticoagulantes tienen efecto aditivo y potencian los fármacos con las mismas características.
Hierba de San Juan: disminuye el efecto anticoagulante de la warfarina y la fenprocumona, y reduce los niveles de fármacos como la digoxina, que se usa para la fibrilación auricular.
Cola de caballo y muérdago: sus propiedades hipotensoras aumentan el efecto de los fármacos con las mismas características.
Efedra y regaliz: pueden elevar la presión arterial, hecho que podría interferir con la medicación antihipertensiva.
Por todo ello, el consumo de plantas medicinales es un aspecto muy importante a tener en cuenta en la revisión y control de los tratamientos farmacológicos. Conocer estas interacciones y orientar al paciente mejorará la atención farmacéutica y la seguridad del tratamiento.
FUENTE: tevafarmacia.es/ofbiblioteca/consejos-de-salud/plantas-medicinales-interacciones-medicamentos