En otoño es habitual que observemos más cabellos en el peine o la almohada, pero la gran mayoría de las veces no se trata de un aumento de la caída de cabello, sino de una renovación.
Con el cambio de estación es habitual que al cepillarnos el pelo o tras la ducha descubramos más cabellos de lo habitual, pero en principio no debe asustarnos porque es completamente normal.
En primer lugar, hay que aclarar que el pelo no se cae, se renueva. El cabello tiene un ciclo de vida natural de crecimiento, reposo y caída; por lo que cuando un pelo cae, otro crece en su lugar.
Esto no quiere decir que el pelo mude de golpe. Es algo que ocurre durante todo el año. De hecho, mientras que un 90% de nuestro pelo está en fase de crecimiento, el 10% restante está en fase de caída. Por ello, cada día se renuevan decenas de pelos para dejar lugar a otros nuevos. De ahí vienen los famosos “100 pelos” al día.
Ante una pérdida excesiva de cabello, que es el momento en el que apreciamos pérdida de densidad capilar, remitimos al dermatólogo o tricólogo (dermatólogo especialista capilar) para descartar causas secundarias. Generalmente se suele realizar una analítica para valorar la posible existencia de un déficit de hierro o vitaminas, o un problema de tiroides como causa de la aparición de esa alopecia. Y según el paciente se realiza alguna otra prueba para descartar otros motivos según determine el dermatólogo.
Existen muchos tipos de alopecia diferentes. La más frecuente se denomina alopecia androgenética (“calvicie común”), se debe a factores hereditarios y hormonales que van haciendo el pelo más fino y escaso de forma progresiva.
El efluvio telógeno es la segunda alopecia más frecuente y se manifiesta como un exceso de caída capilar. Otros tipos de alopecia frecuentes son la alopecia areata o la alopecia frontal fibrosante.
Es cierto que en otoño puede darse una “caída” de pelo más apreciable que en otras épocas del año. Aunque no afecta a todo el mundo, es algo bastante generalizado.
Que la renovación de pelo sea más evidente en otoño está relacionado con el ciclo de vida que explicamos al principio. Desde que el pelo muere hasta que se cae (que es cuando lo vemos en el peine o en la almohada) transcurren unos 3 meses.
Si hacemos cálculos, el pelo muere en primavera, pero la renovación la apreciamos en otoño que es cuando cae.
Debemos insistir en que no es una caída, sino una renovación, es decir, recuperaremos los pelos caídos. Por ello, como el pelo vuelve a nacer entra dentro de un proceso natural y normal. Además, las alopecias no se dan de manera repentina.
Cabe destacar que la renovación del pelo en otoño no es un fenómeno que afecte solo a mujeres. Lo que ocurre es que en el caso de las mujeres resulta más llamativo porque se aprecia más la caída del pelo largo cuando se cae.
Cuando se produce alopecia androgénica disminuye el diámetro del pelo y los pelos son cada vez más finos. A su vez, alcanzan menos longitud y se hacen más cortos. Por ello, cuando hay indicio de alopecia se observan tallos de diámetros diferentes, lo cual es un signo característico. En estos casos mandamos al paciente al dermatólogo para su valoración y tratamiento.
Aunque la renovación del pelo es algo natural, hay factores que afectan negativamente al cabello.
El estrés propio de la vuelta a la rutina puede afectar, así como una mala alimentación. Una dieta inadecuada puede limitar los nutrientes que el pelo necesita para crecer fuerte y sano.
Independientemente del ciclo de vida del cabello, este puede verse debilitado por los factores externos a los que lo hemos expuesto en verano: sol, salitre, cloro… Por supuesto, estos factores debilitan el pelo todo el año, no solo en otoño.
No podemos frenar un proceso natural ni tampoco debemos preocuparnos, porque detrás del cabello que cae nacerá otro nuevo.
Una dieta completa y equilibrada nos proporcionará los nutrientes que nuestro pelo necesita para crecer sano y fuerte. En caso de que esto no fuera posible, sí podrían beneficiarnos los complementos alimenticios capilares compuestos a base de vitamina E, selenio, cobre, cistina, metionina, biotina y minerales.
Son fórmulas de acción antioxidante y reforzante para los apéndices de la piel (cabello y uñas).
En la medida de lo posible, debemos evitar el estrés. El deporte es un gran aliado para ello, ya que nos ayuda a reducir el nerviosismo y la ansiedad. Además, el deporte favorece el flujo sanguíneo, lo cual mejora el aporte de nutrientes a la raíz de nuestro pelo.
La raíz del pelo se encuentra en capas profundas de la piel, donde el champú no llega. Sin embargo, la salud del cuero cabelludo si es determinante en la salud de nuestro pelo. Por ello, el champú que elijamos debe ser adecuado, suave y tratante. Y a esto sumamos el tratamiento en ampollas que fortifican la vitalidad del bulbo y estimulan el crecimiento.
* Prepárate un buen plato de lentejas
Las lentejas son una fuente importante de hierro que, combinado con vitamina C, ayuda a aumentar tu metabolismo, circulación y oxigenación de las células. Lo cual es fundamental para un desarrollo sano del folículo piloso. La falta de hierro suele ser causa de cabellos frágiles y debilitados.
* Cuida tus emociones
El estrés, la ansiedad o los nervios relacionados con la vivencia de situaciones complicadas pueden desencadenar la pérdida de cabello. La alopecia por estrés presenta una caída del cabello generalizada, sin zona localizada, disminuyendo la densidad del pelo de forma homogénea.
* Quizá sean los genes
La llamada alopecia androgénica (AGA) es la que se hereda a través de los genes del padre. En tales casos, el uso de medicación pautada por el dermatólogo normalmente ayuda. Afecta, por lo general, a la mayoría de los hombres, aunque también puede darse en las mujeres.
* Cuestión de hormonas
Los cambios hormonales tanto durante el embarazo como al llegar a la menopausia pueden ser la causa de la caída del cabello.
También cambiar de píldora anticonceptiva o dejar de tomarla pueden ser el origen de la alopecia. En este caso, tu ginecólogo sabrá aconsejarte sobre el mejor método anticonceptivo para ti o sobre los tratamientos hormonales específicos que puedas necesitar.
* Tomar demasiadas vitaminas
Tomar un exceso de suplementos vitamínicos puede hacer que se caiga el pelo. El consumo abusivo de algunas vitaminas, como la vitamina A, puede ocasionar algunos trastornos capilares, entre los que está la caída de pelo. Por tanto, el problema puede quedar resuelto eliminando el consumo de vitamina A.
* Date un masaje capilar
No solo es un remedio de lo más placentero, también puede ser muy adecuado para combatir la alopecia, ya que los masajes incrementan el flujo sanguíneo a los folículos pilosos y fortalecen las raíces. Entre los aceites que se pueden utilizar con este fin encontramos el aceite de coco, de almendras, de oliva, de ricino y de romero.
* Tratamientos médicos con efectos colaterales
Algunos medicamentos, o determinados tratamientos con la radioterapia, pueden ser el origen de la caída temporal del cabello, debido a que atacan a los cabellos que se encuentran en fase de crecimiento. En la mayoría de los casos es una alopecia transitoria, y sólo en casos excepcionales produce una alopecia permanente.
* Anemia, la causa femenina más común
Una de las consecuencias del déficit de este mineral (anemia ferropénica) es la caída del cabello. Y es que, si hay poco hierro, hay poca hemoglobina que pueda realizar su función de transportar el oxígeno a los tejidos (por eso se tiene la sensación de cansancio continuo). Lo primero es hacerte un análisis para comprobar tus niveles de hemoglobina y ferritina (la cantidad de hierro en sangre). A partir de ahí, tu médico decidirá las medidas más adecuadas.
* Caída post parto del cabello
Después de dar a luz, 3 o 4 meses después, disminuyen los niveles de estrógeno, responsables del anclaje del pelo al cuero cabelludo. Esta es la razón, por la que durante esta época se te caiga el cabello. Suele desaparecer 6 meses después del parto, aunque en algunos casos puede prolongarse por el estrés, la falta de hierro o la presencia de la hormona prolactina durante el periodo de lactancia.
* No abuses del secador de pelo
El calor debilita las proteínas del cabello. Calentarlo y secarlo constantemente puede provocar fragilidad, que pueden causar la caída del cabello.
El secado natural es lo mejor para el cabello, así que trata de secarlo de forma natural con más frecuencia que con aire caliente.
Si utilizas secador, selecciona la posición de baja temperatura y no lo acerques mucho al pelo para no dañar el cuero cabelludo.
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