El síndrome del ojo seco aparece cuando las lágrimas no pueden lubricar el ojo de forma adecuada. Puede deberse a una mala calidad de la lágrima, a un exceso de evaporación o a la baja producción de la misma.
Las lágrimas son necesarias para que el ojo se mantenga lubricado y ayude a eliminar los cuerpos extraños. Cuando el ojo es incapaz de mantener una capa de lágrima se produce el síndrome del ojo seco.
• En el 80 % de los casos, el ojo seco es de tipo evaporativo (mala calidad de la lágrima o disfunción de Glándulas de Meibomio que conlleva a la evaporación de la misma).
• El tipo de ojo seco menos frecuente es el hiposecretor o acuodefciente que es el típico del Síndrome de Sjögren. En algunos casos, el ojo seco hiposecretor puede estar provocado por una obstrucción del conducto lagrimal, bloqueo sensorial o bien inducido por algunos fármacos. Entre un 20 % y un 30% de la población española sufre el SOS.
Algunas de las principales causas de la aparición de ojo seco son:
• Ambientes secos o uso de aires acondicionados y calefacción.
• Uso de lentillas. Con frecuencia, el uso de las lentillas hace que sea preciso recurrir a lágrimas artifciales. El uso constante de un cuerpo extraño en el ojo empeora el SOS.
• Uso excesivo de dispositivos electrónicos (pantallas de móvil, ordenador, etc.).
• Fármacos. Algunos medicamentos, como los antiacnéicos orales (entre otros), tienen como efecto secundario la disminución de la lubricación de todas las mucosas de nuestro organismo, con la consiguiente producción de sequedad ocular.
• El cloro utilizado en piscinas puede provocar irritación y sequedad ocular. Debemos extremar la precaución y evitar el contacto del cloro con nuestros ojos.
• Exposición solar prolongada. Debemos proteger nuestros ojos con gafas de sol homologadas y gorras o sombreros. Al igual que el sol castiga y deshidrata nuestra piel, también castiga nuestros ojos. ¡Debemos ser conscientes!
• Su prevalencia es mayor en mujeres por el factor hormonal. En la menopausia, por ejemplo, o tras un parto, la lubricación ocular disminuye, haciendo necesaria la utilización de lágrimas articiales de manera puntual, aunque a veces el problema puede llegar a cronifcarse.
• El humo de los cigarrillos también provoca sequedad ocular, incluso irritación en los ojos o el exceso de contaminación en determinadas zonas urbanas o trabajar en ambientes con gran cantidad de humo, como ciertas industrias de productos químicos, también afecta a nuestra salud ocular.
• Tras cirugía. Haber pasado por una intervención ocular, puede provocar sequedad ocular.
• Lagoftalmos nocturnos. Algunas personas no cierran totalmente los párpados al dormir, esto hace que se evapore la lágrima y se produzca sequedad ocular.
Como hemos mencionado anteriormente, el 80 % de los casos de ojo seco son de tipo EVAPORATIVO. Para explicar por qué se produce la evaporación de la lágrima es importante entender la composición de la misma.
La película lagrimal está compuesta por 3 capas:
• Capa de mucina: asegura la correcta adherencia de la lágrima a la córnea.
• Capa acuosa: asegura la hidratación de nuestros ojos.
• Capa lipídica: producida por las Glándulas de Meibomio que se encuentran en el borde palpebral. Esta capa evita la evaporación de la capa acuosa.
Después de esta explicación entenderemos que si las Glándulas de Meibomio (productoras de los lípidos que evitan la evaporación de la capa acuosa) se obstruyen y no se produce correctamente la capa lipídica, inevitablemente la capa acuosa se evaporará y se producirá sequedad ocular. Es evidente que una correcta HIGIENE del borde palpebral es fundamental para el correcto funcionamiento de estas glándulas, que pueden verse afectadas por diversas situaciones: acumulación de bacterias y células muertas en el borde del párpado en pacientes con dermatitis o dermatitis seborreica, rosácea, falta de higiene palpebral, obstrucción o solidicación por bajas temperaturas… Esta higiene debe realizarse con toallitas oftálmicas estériles y deben estar testadas bajo control oftalmológico y dermatológico.
El siguiente paso, tras una higiene correcta es la HIDRATACIÓN. Recomendar una lágrima artificial en función de las necesidades del paciente.
El ácido hialurónico se ha convertido en el principal aliado por sus propiedades:
• Hidratantes.
• Regenerativas.
• Cicatrizantes.
• Viscoelásticas.
Para que estas propiedades se vean potenciadas, es importante que este ácido hialurónico tenga un equilibrio perfecto entre concentración y peso molecular. Además, en el Último Consenso Mundial sobre Ojo Seco TFOS DEWS II, se habla de los beneficios de la doble humectación, obteniéndose muy buenos resultados con la sinergia de dos humectantes como el ácido hialurónico y derivados de la celulosa.
Datos a tener en cuenta a la hora de escoger la mejor hidratación:
• A mayor concentración de ácido hialurónico, mayor hidratación. Pero si sobrepasamos un límite se puede producir visión borrosa. Lo normal es utilizar concentraciones entre 0,1 y 0,3 % de ácido hialurónico. Un 0,4 % ya suele producir visión borrosa y son colirios que se suelen utilizar más frecuentemente para uso nocturno antes de dormir.
• Es importante que se utilice ácido hialurónico de alto peso molecular. Esto hace que la lágrima sea más viscoelástica y permanezca más tiempo en el ojo sin producir visión borrosa.
• Utilizar gotas hidratantes con dos humectantes es un plus en hidratación ocular (ácido hialurónico y algún derivado de la celulosa). Los dos humectantes crean una malla tridimensional que potencia la hidratación.
Para terminar, debemos valorar los hábitos del paciente y si el problema persiste, continuar con nuestro protocolo de HIGIENE + HIDRATACIÓN y visitar urgentemente al oftalmólogo.