A pesar del continuo bombardeo de información y consejos que recibimos a través de los medios diariamente sobre la necesidad de tomar probióticos, aún no se sabe realmente qué hacen los probióticos en nuestro cuerpo.
Sabemos que los probióticos son microorganismos, que junto a una alimentación equilibrada y a un estilo de vida saludable refuerzan nuestras defensas (nuestro sistema inmunitario) y nos protegen de enfermedades.
Si entendemos cómo funciona nuestro sistema inmunitario, entenderemos la necesidad de mantener vivos y sanos a nuestros microorganismos.
Los virus y bacterias para poder infestarnos, y por lo tanto hacernos enfermar, tienen que atravesar una serie de barreras que nuestro organismo las presenta como la resistencia a una invasión.
Estas barreras son:
- la primera es la barrera física: piel y recubrimiento gastrointestinal que impiden el acceso al interior de nuestro cuerpo.
- la segunda, la barrera química que presentan estos recubrimientos: el sebo de la piel (dermobioma, muy actual en tratamientos dermocosméticos), moco o el ácido gástrico.
- una vez atravesadas estas barreras llegan a nuestras defensas vivas, la microbiota, que son el conjunto de microorganismos que conviven con nosotros y colaboran para evitar la entrada de los agentes infecciosos.
La microbiota está en todas las superficies que cubren nuestras barreras, la piel y mucosas (gástrica, respiratorias, o tracto genito-urinario, por ejemplo).
Para mantenerlas impenetrables frente a virus o bacterias, es fundamental alimentarse bien, hacer deporte o evitar el alcohol o el tabaco. Por ejemplo, según la Sociedad Internacional de Inmunonutrición (ISIN), una alimentación variada y equilibrada, rica en frutas y verduras -que contengan antioxidantes- ayuda al buen funcionamiento inmunitario.
La dieta mediterránea y todas aquellas que promuevan una microbiota saludable, mejoran la respuesta inmunitaria. Y luego están los probióticos, que son complementos alimenticios.
Probióticos: una forma de fortalecer el sistema inmunitario
Teniendo en cuenta que el 80% de nuestro sistema inmunitario está en el intestino, la flora intestinal presente nos ayudará a fortalecerlo y luchar frente a las infecciones más comunes. Pero esta flora o microbiota intestinal, puede desequilibrarse fácilmente y afectar a nuestras defensas. Los probióticos, por tanto, no son más que bacterias beneficiosas, iguales que nuestra flora intestinal, que nos pueden ayudar a mejorar nuestra función inmunitaria, digestiva, respiratoria …, a nuestra salud en general.
En qué fijarse a la hora de elegir un probiótico
En el mercado hay una gran cantidad de probióticos, pero según la Organización Mundial de la Salud y la Organización Mundial de Gastroenterología solo son de calidad los que cumplen ciertos requisitos: la etiqueta debe incluir género, especie y cepa de cada microorganismo, con esta estructura, como por ejemplo, Lactobacillus rhamnosus Lcr 35; unidades formadoras de colonias (cantidad de microorganismos vivos en cada cápsula, sobre o frasco); dosis recomendada; condiciones de almacenamiento e información de contacto del laboratorio farmacéutico.
A la hora de comprar un probiótico es fundamental fijarse, además, en que disponga de estudios propios hechos por el laboratorio fabricante que avalen su eficacia y seguridad para la indicación de salud que promete. Son los estudios clínicos los que marcan la dosis efectiva y por eso debemos fijarnos en su presencia en el etiquetado. Es decir, que en la etiqueta figure más cantidad de microorganismos no significa que el probiótico sea mejor. De hecho, en el caso de los probióticos, menos puede ser más.
La importancia de proteger la flora intestinal
Cambios de estación, llegada del frío, estrés, gripe, resfriados y vacunaciones o edad avanzada pueden mermar nuestras defensas y es entonces cuando podemos necesitar una ayuda extra. Es aquí donde entran los probióticos.
FUENTE: https://www.lavanguardia.com/vida/salud/20201020/6020987/incluir-probioticos-dieta-mantener-virus-raya.