Posiblemente la dermatitis seborreica, caspa grasa o descamación de la piel sea uno de los motivos de consulta más habituales en la farmacia. Casi todo el mundo que sufre caspa, tiene en realidad dermatitis seborreica, que sería la manera “técnica” de denominarla. De hecho se calcula que un 3% de nosotros la sufre, siendo especialmente frecuente entre los 20 y lo 40 años y más en hombres que en mujeres (su piel produce más “grasa” que la de la mujer).
Habitualmente quien padece dermatitis seborreica, lo tendrá a lo largo de toda su vida, pasando épocas más molestas y otras sin síntomas. Suele empeorar con el estrés y en invierno. Estéticamente es desagradable pero lo bueno que tiene es que no es nada grave, no se contagia y no guarda relación con ninguna enfermedad interna que nos deba preocupar.
La dermatitis seborreica se suele presentar como zonas de piel rojo-asalmonadas y escamitas, habitualmente con un color amarillento, en el cuero cabelludo. Aquí algunas veces puede formar escamas de gran tamaño, que pueden incluso quedarse adheridas al pelo. Puede picar.
Además, es típico que surja en los laterales de la nariz, o la zona de las cejas y entrecejo o las orejas.
En casos un poco más aparatosos lo podemos ver en las mejillas (sobre todo en chicos con barba), el pecho o incluso el pubis.
En bebés es muy común la dermatitis seborreica del lactante, más conocida como COSTRA LÁCTEA.
Se manifiesta como escamas amarillentas, de aspecto grasiento, adheridas al cuero cabelludo. No está presente desde el nacimiento sino que suele aparecer durante las primeras semanas de vida del bebé y suele desaparecer antes de los tres meses, aunque hay casos que duran hasta los 12, aunque hay que tener en cuenta que en los casos en que persiste más allá de 3-4 meses es conveniente plantearse que pueda tratarse de alguna otra enfermedad de la piel (como la dermatitis atópica, por ejemplo) y convendría que al niño lo viera un dermatólogo.
El término “seborreica” que hace referencia a la grasa de la piel, hace pensar que esta dermatitis surja por un exceso de grasa. Aunque la producción de grasa sí tiene algo que ver, no es exactamente este el mecanismo.
Se sabe que la rojez y las escamas aparecen como una respuesta de nuestra piel a un hongo que vive en ella, llamado Malassezia. Es un hongo normal en la piel, todo el mundo lo tiene. Para vivir, se encuentra más cómodo en las zonas más grasas de la piel, donde suelen aparecer los síntomas.
La dermatitis seborreica no se cura, por eso el objetivo fundamental del tratamiento es controlar los brotes y prevenir la aparición de nuevos para que se haga lo menos incómoda posible.
Sabiendo que en una piel con dermatitis seborreica juega un papel importante el hongo Malassezia originando inflamación, el tratamiento normalmente se enfoca de dos maneras:
En general pueden ser champús para el cuero cabelludo o cremas para la cara y pecho.
Cuando estos productos de consejo farmacéutico no alivian el problema en su totalidad es cuando remitimos al médico o dermatólogo que lo tratará con antifúngicos tipo ketoconazol o cilopirox para reducir la cantidad de Malasezzia en la piel que es el hongo responsable de la inflamación que se produce en el cuero cabelludo.
Se emplean corticoides bajo control médico. Son muy útiles para controlar los brotes.
Ambos tipos de productos se pueden combinar de diferente manera. Por una parte, pueden utilizarse en los momentos de mayor brote para reducir las molestias. Por otra, pueden aplicarse de forma periódica (por ejemplo, una o dos veces a la semana, según el caso) para mantener a la dermatitis seborreica controlada y así evitar que aparezcan brotes frecuentemente.
Lo mejor es que te dejes asesorar por un especialista, farmacéutico para casos leves o dermatólogo para casos complicados.
Fuente: Artículo “La dermatitis seborreica no se cura” por la Dra. Lorea Bagazgoitia.
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