Ante un dolor de cabeza muchas personas acuden a su farmacia más cercana para comprar una caja de Ibuprofeno o Paracetamol que acabe con el malestar. Se trata de una acción habitual y cotidiana que puede estar cerca de llegar a su fin.
¿Es necesario prescripción médica para poder adquirir ibuprofeno 600mg?
A partir de ya, va a ser obligatorio acudir con la nota médica a la farmacia para adquirir los envases de Ibuprofeno de 600 miligramos y Paracetamol de 1 gramo, en base a una norma que existe desde hace años pero que no se cumplía. Hasta ahora, salvo para el Ibuprofeno de 400 miligramos y el Paracetamol, de 650/500 miligramos.
La Ley de Garantías y Uso Racional de los Medicamentos obliga, desde 2015, a poner freno a que los farmacéuticos puedan vender esos medicamentos sin receta. Pero se seguía haciendo. La normativa recoge que los profesionales “dispensarán con receta aquellos medicamentos que la requieran”. Y estos dos fármacos lo requieren.
La necesidad de prescripción no tiene que ver tanto con que la dosis sea mayor (por ejemplo, hay marcas de paracetamol de 1 mg que no necesitan receta) como con la indicación. No es lo mismo un analgésico para un dolor de cabeza puntual que cuando se prescribe para un proceso de artrosis, que requiere un control médico por parte del paciente.
Por tanto, el paciente tiene disponible en la farmacia presentaciones de paracetamol o ibuprofeno, de mayor o menor dosis, que necesitan prescripción médica o no. Si vamos a la farmacia a por un medicamento que nos alivie un malestar puntual, el farmacéutico nos deberá despachar un analgésico sin receta. Si el usuario quiere una presentación que exige receta tiene que pasar primero por su médico para que valore esa necesidad.
Así, será necesaria la receta para conseguir la caja de Ibuprofeno de 600 mg y la de Paracetamol de 1 gramo. Esta medida también se aplicará para el Omeprazol y algunos jarabes antihistamínicos.
Con el objetivo de controlar su venta, estos productos llevarán en sus envases un código QR para poder identificarlos. La medida, que entró en vigor el pasado mes de febrero, será ahora implantada a rajatabla, por lo que, si un inspector de Sanidad detecta que los farmacéuticos la incumplen, éstos se enfrentarán a sanciones de entre 3.000 y 6.000 euros.
En resumen, a partir de ahora los españoles tendrán que conformarse con dosis más bajas o acudir al centro médico para obtener una dosis más alta con la que tratar la dolencia.