La rosácea es una enfermedad cutánea crónica. Si se tiene controlada no es realmente grave, pero puede evolucionar. Eso sí, es muy visible y puede ocasionar graves problemas frente a la autoestima, lo que puede provocar una verdadera exclusión a la persona que lo padezca.
Al principio aparece cierto rubor o rojeces, siempre en forma de brotes más o menos ocasionales (dependiendo de la gravedad). Pueden aparecer lesiones en cualquier parte de la cara, más frecuentemente en nariz, mejillas, en el centro de la frente o en la barbilla. También pueden aparecer en los ojos, estando casi siempre enrojecidos.
Aparece tanto en hombres como en mujeres, aunque es más frecuente entre la población femenina debido a los cambios hormonales, y en la edad de 40 a 50 años.
¿Cuál es su causa?
Desde el momento en que hay pacientes con solo rojez (que en unos casos es permanente y en otros no), otros solo con granitos y otros con ambas manifestaciones, es probable que el término rosácea sea una especie de cajón de sastre donde incluimos cuadros que no sean exactamente lo mismo.
Se han descrito diferentes factores que influyen en la aparición de rojez y granitos:
- mayor producción de péptidos capaces de aumentar la reactividad vascular y la inflamación local,
- la presencia del demodex folliculorum en la piel facial tiene relevancia en cuanto al desarrollo de brotes de rosácea, y por último
- los vasos cutáneos en las personas con rosácea son más reactivos a los estímulos que en personas sin la enfermedad, esto hace que se vasodilaten ante fricción, cambios de temperatura o ejercicio, haciendo que la piel se torne roja.
¿Cómo evoluciona la rosácea?
Como hemos dicho, al comienzo la rosácea no es grave, pero va evolucionando y cambiando en cuanto a la gravedad y a los cambios visibles que provoca. Hay tres estadios importantes:
ESTADIO I
- Aparece rojez moderada, ardor, escozor, sequedad y sensación de tirantez de la piel.
- Pueden aparecer arañas vasculares, la telangectasia (pequeñas arañitas).
- Se trata de una piel muy sensible a los cosméticos, a los cambios de temperaturas y a algunos alimentos.
ESTADIO II
- La rojez es más persistente que antes y hay más zonas afectadas.
- Aparecen pústulas y pápulas, como el acné, que van a supurar o inflamarse.
- Las glándulas sebáceas o los poros se ven más grandes, dilatados o prominentes.
ESTADIO III
- Es la última progresión de la rosácea. Además de los signos descritos anteriormente, pueden aparecer un engrosamiento de la nariz e incluso deformarse.
- Aparecen los hemangiomas, que son zonas de un rojo mucho más profundo, más amoratado.
- La glándula sebácea es muchísimo más evidente.
- Existen lesiones como pápulas y pústulas, llegando a provocar una inflamación de los rasgos faciales.
Tratamiento cosmético que podemos ofrecerte desde la Oficina de Farmacia
La rosácea se trata de una dolencia complicada y difícil de tratar. Por ello, tenemos mucha precaución a la hora de recomendar un tratamiento o aconsejar un producto que no sea específico para la rosácea.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que dicho producto no debe ser comedogénico (son aquellos no dejan producir sebo), ni graso en exceso, y mucho menos oclusivo (como ocurre con las vaselinas). En el caso de que además tenga acné, la piel estará mucho más irritada e inflamada por lo que no se deben utilizar ácidos (como el salicílico) sin haber antes hecho una prueba de tolerancia.
Todos los ingredientes con efecto antiinflamatorio e hidratante son la opción ideal, siendo el ácido hialurónico de cualquier densidad el más apropiado para aportar la hidratación y elasticidad que necesita la piel irritada y seca, sin engrasar. La niacinamida es otro de los activos que pueden ayudar a disminuir la inflamación. Se encuentran como componente único en sérum o acompañando a otros activos en fórmulas de hidratación diaria en base acuosa o jabones de limpieza facial con acción antiséptica.
CONSEJOS GENERALES PARA CONTROLAR BROTES DE ROSÁCEA
- Evitar la exposición directa a la luz solar, ya que empeora la rosácea por los efectos de los rayos UV y la vasodilatación que va a provocar el aumento de temperatura corporal. Por supuesto, utilizar alta protección solar.
- No tocarse la piel, rascarse o masajear. Las áreas afectadas son más sensibles a las infecciones, por lo que tocarse o masajearse va a estimular la circulación sanguínea aumentando la rojez de la piel.
- Usar cosméticos poco grasos, no agresivos y poco ácidos.
- Seguir una dieta baja en alimentos y bebidas picantes o muy calientes y minimizar las bebidas alcohólicas, que son una de las causas de la aparición de rosáceas.
- Mantenerse alejado de las condiciones de temperaturas extremas, como son las fuentes directas de aire frío/caliente, viento y calor.
- Evitar los cosméticos que contengan alcohol o exceso de aromas o esencias, como pueden ser fragancias y el mentol.
- Poder identificar qué medicamento, alimento o situación ha podido provocar la aparición de algún brote sería ideal para poder prevenir dicha situación en el futuro.
- Dormir ocho horas diarias para poder lograr la reparación nocturna y aumentar el nivel de cortisol o hidrocortisona que es un glucocorticoide natural que producimos de forma natural con acción antiinflamatoria.
- Evitar las situaciones en las que podamos sentir o sufrir rubor, como puede ser el estrés emocional, las situaciones engorrosas, nerviosismo o enfados.
- Mantener el organismo hidratado, bebiendo la cantidad suficiente de agua. Hay que tener en cuenta que, en la rosácea, además de la aparición de capilares dilatados y una aparición de acné, la piel se encuentra mucho más seca y tirante.
- Por último, mantener una higiene extrema, tanto de las manos como de la cara, sobre todo las zonas afectadas. Con ello evitaremos una infección posterior y un empeoramiento de las pápulas y pústulas. Es aconsejable utilizar un jabón suave y bactericida.
FUENTE: IMfarmacias.es/revista
