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Salud íntima y bienestar de la mujer

 
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De la misma manera que cuidamos las partes externas del cuerpo, también es importante hacerlo con las partes más íntimas. Es importante mantener buena salud íntima del aparato genital femenino para el bienestar de la mujer ya que es un ecosistema dinámico que va cambiando desde el nacimiento hasta la postmenopausia. 

Los cambios y desequilibrios hormonales alteran las condiciones de humedad y pH. Mantener un buen ecosistema vaginal (equilibrio entre los microorganismos que lo componen y el ambiente que los hospeda) ayuda a prevenir trastornos vaginales, como infecciones, sensación de sequedad, disfunciones sexuales, etc.

¿Qué es el ecosistema vaginal?

Para entender mejor qué es el ecosistema vaginal tenemos que conocer cuál es la fisiología del área vulvogenital según la edad.

Cada etapa en la vida de la mujer se caracteriza por un pH vaginal específico, una flora vaginal determinada, niveles de glucógeno distintos y un engrosamiento del epitelio diferente.

Infancia

Ausencia hormonal, falta de producción de estrógenos.El pH es neutro (7).

Debido a estas características, el desarrollo de vulvovaginitis es más frecuente en la infancia y la premenarquia, presentándose un enrojecimiento de la vulva y una sensación continua de picor o escozor. Por ello, es muy importante educar en un buen hábito de limpieza de la zona genital, siempre desde la zona delantera hacia la trasera, utilizando un jabón suave que respete la flora vaginal.

Pubertad y edad adulta

Es en estas etapas, y bajo la influencia de los estrógenos, cuando el epitelio de la vagina produce glucógeno, que se degrada por la acción de lactobacilos a glucosa y finalmente a ácido láctico, manteniendo un pH ácido en la zona (entre 3,5 y 4,5). Si se eleva el pH, se eleva también el riesgo de infección tanto bacteriana como fúngica.

En la pubertad comienza la producción de estrógenos, las células vaginales aumentan el depósito de glucógeno que acidifican el pH, que oscila entre 3,5 y 4,5.

Desarrollo de la flora protectora, principalmente lactobacilos, que protege la zona vaginal de posibles infecciones.

Durante el embarazo los niveles de estrógenos es considerablemente alta y el pH oscila entre 3,5 y 4,5. 

Se produce un aumento de las secreciones vaginales, por lo que hay que extremar las medidas higiénicas para evitar posibles infecciones.

Menopausia

Por el contrario, en la menopausia habrá una ausencia hormonal y de flora causando fragilidad de la mucosa genital y menor grosor del epitelio, ya que las células vaginales producen menor cantidad de glucógeno, por lo que el pH se alcaliniza oscilando entre 6 y 7, disminuyendo la protección de la zona vaginal, de manera que es más sensible a infecciones e irritaciones.

Tras la menopausia, al cesar la función ovárica y disminuir de forma marcada los niveles de estrógenos, un porcentaje elevado de mujeres sufre sequedad vaginal. Es este otro problema habitual que produce malestar, picores, irritación y dolor en las relaciones sexuales.

Si para limpiar el suelo de nuestra casa utilizamos un detergente distinto al de la ropa o la vajilla, ¿debemos hacer lo mismo con nuestro cuerpo?

Debemos utilizar jabones SYNDETS (detergentes sintéticos suaves sin espuma y eficaces en medio ácido, sin perfume ni color) específicos de cada zona. Recordemos que la piel de nuestro rostro es un pH ácido de 5.5, el del cuerpo es ligeramente neutro pH 6-7 y el pH vulvar ya hemos visto que dependiendo de la edad femenina oscila entre 3.5 y 7.

Una higiene adecuada mantiene la barrera protectora natural, la alteración de esta barrera puede causar infecciones, irritaciones y sensaciones molestas. 

 

higiene intima

 

Alteraciones y molestias más comunes

El flujo vaginal y la microbiota vaginales son dos factores fundamentales para la salud vaginal. El hecho de tener cierta cantidad de flujo vaginal es normal, especialmente si se está en edad fértil, siendo la ovulación, el embarazo y la actividad sexual las situaciones más importantes en las que puede aumentar la cantidad de flujo. La secreción normal de la vagina es clara, viscosa, sin olor. Cuando cambia súbitamente de color, olor o consistencia o aumenta o disminuye en cantidad de forma significativa el flujo vaginal, que normalmente es claro, viscos y sin olor, puede ser indicio de una infección, entre las que destacan la vaginosis bacteriana  o la candidiasis vaginal.

Sequedad

Es una disminución del fluido/moco que lubrica la vagina y la vulva. 

Síntomas característicos son el dolor durante las relaciones sexuales, ardor al orinar, irritación, dolor, sensación de picazón y tirantez, poco flujo o casi nulo, sensibilidad e inflamación de la zona vaginal.

Tratamiento habitual es la aplicación de hidratantes vaginales tópicos no hormonales y lubricantes, que aparte de hidratar la zona vaginal, favorecen la flexibilidad y la elasticidad de la mucosa. En el caso de sequedades severas y síntomas intensos, se aconseja acudir al ginecólogo para que éste prescriba  otros tratamientos como terapia hormonal de uso tópico.

ProFaes4 Mujer 30 capsulas Vaginosis bacteriana

Es una infección causada por la alteración del equilibrio de la microbiota normal de la vagina que aparece cuando hay un crecimiento excesivo de bacterias como Gardnerella vaginalis y Bacteroides spp. y disminuye el número de lactobacilos protectores. Se trata de una de las infecciones vaginales más frecuentes de la mujer en la edad fértil. 

Síntomas 

La mayoría de los casos se presentan de manera asintomática y es muy frecuente confundirla con una candidiasis. Sin embargo, ambas infecciones presentan síntomas diferentes. Cuando aparecen síntomas, los más frecuentes son: 

Secreción vaginal poco viscosa, blanca o grisácea.

Secreción vaginal de olor desagradable (fuerte olor a pescado).

Flujo vaginal débil (no espeso) y acuoso.

Picores externos. No son frecuentes el prurito, enrojecimiento e hinchazón.

Tratamiento con antibióticos bajo control médico previo diagnóstico y la toma de probióticos puede contribuir a mejorar la salud vaginal, ya que ayudan a mantener el equilibrio bacteriano. 

Candidiasis

Es una infección vaginal común por hongos provocada por una levadura llamada Candida Albicans, que puede aumentar cuando el sistema inmunitario está debilitado o cuando hay un desequilibrio de la microbiota vaginal. Es la causa más frecuente de infecciones fúngicas vaginales en la mujer en edad fértil.

Puede estar causada por: toma de antibióticos, sistema inmune deficiente, altos niveles de estrógenos como embarazo, toma de anticonceptivos, diabetes mal controlada.

Síntomas: pueden ser desde inexistentes hasta dolor e irritación de la zona vaginal y vulvar sensación de ardor o quemazón al orinar, secreción vaginal espesa, blanca y sin olor, inflamación y tumefacción de la vulva.

Tratamiento:  puede ser tópico o vía oral con antifúngicos.

El tratamiento coadyuvante con combinaciones específicas de probióticos ayuda a recuperar la microbiota normal de la zona y reducir la infección y el riesgo de recidiva.

 

Consejos para una higiene íntima femenina correcta

Aprender a tener una higiene íntima femenina correcta evitará posibles infecciones y problemas. 

Higiene diaria

Utilizar un jabón íntimo acorde al pH vulvar, lavarse siempre de adelante hacia atrás para evitar contaminar la zona vaginal. Una higiene excesiva también puede producir alteraciones y desajustes en el pH, por lo que se aconseja lavarse una vez al día y si fuera necesario más veces, hacerlo solo con agua.

Ducha vaginal

Este tipo de lavados arrastran la flora vaginal natural produciendo desajustes y facilitando la aparición de infecciones. Es aconsejable evitarlos si no es por prescripción médica.  Con una ducha diaria normal es más que suficiente.

Copa menstrual

Una alternativa más ecológica es utilizar la copa menstrual, que al estar fabricada con silicona médica y no tener químicos ni perfumes,  ayuda a prevenir el riesgo de infecciones. Es hipoalergénica, lo que la hace adecuada para todas las mujeres. Además, no produce residuos, evitando así  la contaminación del medio ambiente. Es reutilizable, puede durar hasta 10 años y en unos cuatro meses.

Ropa

Se recomienda el uso de ropa interior de algodón 100%, ya que ayuda a mantener equilibrado el pH y prevenir las infecciones. Las propiedades absorbentes del algodón hacen que la humedad se evapore mucho más rápido, proporcionando una sensación mayor de comodidad y previniendo la proliferación de bacterias. Además, al ser un material hipoalergénico no irrita la piel.

También se recomienda evitar el uso de prendas ajustadas que no facilitan la transpiración y que aumentan la temperatura de la zona íntima, que favorece  la aparición de bacterias y de infecciones.

Desodorantes y toallitas

Se desaconseja el uso de desodorantes íntimos. Su uso puede irritar la zona y alterar el pH vaginal, además de enmascarar algún tipo de infección. Pueden causar picor, escozor, irritaciones…

Las toallitas íntimas no son necesarias para la higiene de la zona íntima, puedes utilizarlas para limpiarte de forma rápida si estás fuera de casa o no tienes otra alternativa, pero nunca debe sustituir un buen aseo con agua y jabón. El uso abusivo de toallitas íntimas puede resecar la piel y causar irritaciones y molestias.

Compresas y tampones

El uso de compresas y tampones puede producir desajustes en la flora vaginal, ya que al utilizar perfumes y colorantes que enmascaran el color y el olor de la sangre, se ha producido un aumento en la aparición de alergias vaginales y de irritaciones y picores. Por eso es recomendable utilizar solo productos de algodón puro, sin perfumes ni desodorantes que alteren el pH natural y cambiarlos cada 4 horas para reducir el riesgo de infecciones.

Relaciones Sexuales

Es recomendable lavar la zona íntima antes y después de mantener relaciones sexuales. También hay que destacar la importancia del uso de métodos anticonceptivos de barrera, es muy importante, porque previene el riesgo de contraer infecciones.

El orinar tras las relaciones es fundamental. Aunque no hayan ganas, es importante hacerlo porque el flujo de orina ayuda a eliminar las bacterias de la uretra. Durante la actividad sexual hay bacterias que se pueden desplazar hacia la uretra y provocar infecciones. Por eso es tan importante.

 

Fuente "Salud ginecológica y bienestar de la mujer", publicado en Farmaventas 167.

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