Cada diciembre ocurre un fenómeno muy interesante en la farmacia: aumentan de forma notable las consultas sobre “defensas bajas”, “vitaminas para no caer enfermo” o “algo para no resfriarme”.
Es casi un clásico de final de año.
Y aunque existe mucha confusión, la ciencia tiene respuestas muy claras sobre qué funciona, qué no, y cómo debe abordarse desde la atención farmacéutica.
Este artículo explica de forma rigurosa qué suplementos tienen evidencia real y cuáles son más marketing que efecto.
1. ¿Realmente bajan las defensas en invierno? La ciencia lo aclara
El sistema inmune no “se debilita” porque haga frío, sino porque entramos en un periodo de:
Estudios en inmunología comportamental (A. Steptoe, S. Cohen, 2016–2022) demuestran que el cortisol elevado por estrés y mala calidad de sueño reduce la función de las células NK y linfocitos T, clave en la inmunidad.
Por eso diciembre es el “mes estrella” de infecciones.
2. El papel de la vitamina D: evidencia sólida y mensajes claros
La vitamina D no es realmente una vitamina, sino una hormona inmunomoduladora.
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mejora la respuesta inmune innata,
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regula la inflamación,
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disminuye la frecuencia de infecciones respiratorias en pacientes deficitarios.
No es un suplemento “para todos”.
De hecho, la suplementación innecesaria puede elevar el calcio sérico y causar problemas renales, por ese motivo la suplementación con Vitamina D siempre debe ir asociada con la Vitamina K2.
3. Zinc: evidencia real cuando se usa bien
El zinc tiene una excelente base científica como antiviral no específico.
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puede reducir la duración del resfriado
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solo si se empieza en las primeras 24–48 h
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y en dosis adecuadas (15–25 mg/día)
✔ Advertencia farmacéutica
Dosis superiores a 30–40 mg/día reducen el cobre, alteran el gusto y pueden causar náuseas.
Por eso es un suplemento que debe guiarse siempre desde la farmacia, explicando dosis, tiempo y tipo de sal (acetato, gluconato…).
4. Probióticos con evidencia en infecciones respiratorias
Aquí hay mucha confusión.
No todos los probióticos sirven. No es un “café para todos”.
Las cepas con respaldo científico en prevención de infecciones respiratorias son:
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Lactobacillus rhamnosus GG
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Lactobacillus casei Shirota
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Bifidobacterium lactis Bl-04
Estudios de la International Scientific Association for Probiotics and Prebiotics (ISAPP) y ensayos clínicos controlados (2018–2023) confirman reducción en:
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duración de catarros,
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número de episodios,
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síntomas asociados.
Las mezclas “larguísimas” sin cepas específicas no necesariamente funcionan.
5. Extractos herbales: lo que sí y lo que no
✔ Saúco (Sambucus nigra)
Estudios revisados muestran reducción de días de gripe leve.
Seguro y bien tolerado.
✔ Equinácea
Efectiva en ciertos contextos, pero:
❌ Propóleo
Efecto antioxidante sí. Inmunitario, discutible.
Y provoca reacciones alérgicas en personas sensibilizadas.
6. Magnesio: la “defensa” que nadie asocia al sistema inmune
Una de las relaciones más claras en inmunología moderna es la que existe entre:
Estudios de la Universidad de California (Irwin, 2020) muestran que una sola noche de mal sueño reduce un 60–70 % la actividad NK.
El magnesio (en forma de glicinato o citrato):
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favorece la relajación muscular,
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mejora calidad del sueño,
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regula el sistema nervioso.
Indirectamente, mejora la respuesta inmunitaria.
No es un “refuerzo” directo, es una base fisiológica.
7. Los suplementos que NO tienen evidencia sólida (y se venden como churros)
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complejos vitamínicos “para defensas” sin dosis específicas,
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preparados con mil plantas sin estandarizar,
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productos con claims vagos como “energía celular”,
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suplementos con cantidades residuales de principios activos.
No todo lo que lleva un dibujo de un escudo sirve para la inmunidad.
8. Interacciones farmacológicas típicas
❗ Alcohol + paracetamol
Aumenta riesgo de toxicidad hepática.
❗ Ibuprofeno + cenas copiosas
Mayor riesgo de irritación gastrointestinal.
❗ Antihistamínicos + alcohol
Sedación potenciada, peligro en conducción.
❗ Hierro + antiácidos
Absorción reducida.
Muy común en pacientes que toman hierro durante las fiestas.
❗ Vitamina K + anticoagulantes
Variaciones por cambios bruscos de dieta navideña.
9. Consejos farmacéuticos realmente útiles y fáciles de recordar
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Dormir 7–8 horas → mejora más la inmunidad que cualquier suplemento.
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Hidratación adecuada → mucosas más resistentes.
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Evitar tabaco y alcohol en días seguidos → sobrecarga inmunitaria real.
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Iniciar zinc o probiótico en las primeras 24 h de síntomas, no una semana después.
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Consultar siempre si hay medicación crónica → diciembre es el mes de las interacciones.
La inmunidad no se refuerza a golpe de cápsula.