Las verrugas son infecciones de la piel o las mucosas producidas por el virus del papiloma humano (VPH).
Aunque la predisposición genética juega su papel, lo más frecuente es que las verrugas se originen debido a una infección provocada por el Virus del Papiloma Humano (VPH). Este virus se transmite por contacto directo entre personas, pero también a través de la ropa u otros objetos, como toallas. Existen más de 150 tipos de VPH y solo algunos provocan la aparición de verrugas. Teniendo esto en cuenta, es importante recordar que, una vez aparecen, son muy contagiosas, por lo que evita compartir ropa y ten cuidado con los collares que uses sobre todo en las verruguitas que aparecen en el cuello; esa fricción en la piel puede hacer que se propaguen por otras partes del cuello.
En la mayoría de los casos, estas verrugas son indoloras e inofensivas, aunque resultan antiestéticas.
Transmisión por contacto directo e indirecto
Las verrugas se transmiten por contacto directo (de una persona a otra) o indirecto (con toallas u otros objetos que hayan sido utilizados por personas que tienen verrugas) y, sobre todo, pueden aparecer cuando existen en la piel o en las mucosas pequeñas roturas, que actúan de puerta de entrada a la epidermis. Una vez que el virus ha penetrado y tras un periodo de incubación que puede oscilar entre uno y algunos meses, se suele producir la infección que puede dar lugar a la verruga.
Las infecciones son más frecuentes en personas con el sistema inmunitario débil o deprimido.
Las verrugas de los genitales, en concreto, son muy contagiosas y pueden transmitirse de una persona a otra durante las relaciones sexuales, sean orales, vaginales o anales.
Importancia del tamaño
Normalmente, las verrugas suelen tener un tamaño pequeño, de entre unos pocos milímetros de diámetro a un centímetro, y son de colores variables, como marrón grisáceo (las más comunes), del mismo color que la piel o rosadas (en caso de verrugas planas). Las personas afectadas pueden autocontagiarse a sí mismas al manipularlas o rascarlas y luego tocarse otras zonas de piel. En este caso, las verrugas aumentan de tamaño o se desarrollan otras nuevas.
Si las verrugas exceden de 0,5 cm de diámetros, si son más de dos y la forma presenta protuberancias o colores extraños, o la localización implique riesgo para tejidos u órganos, es imprescindible remitir al médico.
Por lo general, no duelen, aunque puede suceder que, en ocasiones, sobre todo en el caso de las verrugas localizadas en las plantas de los pies resulten incómodas o molestas al llevar cierto calzado o caminar. En algunos casos, también pueden producir comezón.
Tipos de verrugas
- Verrugas vulgares: son las más comunes y suelen desarrollarse en el dorso de las manos y los dedos y, menos frecuentemente, en cara, cuello y cuero cabelludo.
- Verrugas filiformes: en los párpados, cara y cuello, el aspecto suele ser más alargado y pequeño; blandas al tacto y están unidas a la piel por un estrecho pedículo o tallo.
- Verrugas subungueales y periungueales: se localizan debajo o alrededor de las uñas de manos y pies: son las
- Verrugas planas: asociadas al VPH subtipo 3. Son más frecuentes en niños y adolescentes, suelen aparecer en la cara, en la frente y en el dorso de las manos. También las podemos encontrar en la cara anterior de las piernas. Sobresalen muy poco, su diámetro es de escasos milímetros y suelen ser múltiples.
- Verrugas plantares: asociadas al VPH subtipo 1. Aparecen en las plantas de los pies y, como consecuencia de la presión que ejerce el peso del cuerpo, son planas también y, con frecuencia, dolorosas. En ocasiones, presentan puntos negros en su superficie. Son más habituales en personas que suelen caminar descalzas.
- Verrugas genitales o condilomas acuminados: se localizan en los genitales (pene y vulva), en el área púbica, perianal y entre los muslos. Se transmiten por vía sexual.
¿Tratamiento o dejar que desaparezcan solas?
Según la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV), las verrugas desaparecen por sí solas en seis meses en el 30% de los casos y, en el 40%, a los dos años. Pero también pueden no hacerlo nunca o provocar dolor, algún tipo de molestia, aumentar su tamaño o resultar antiestéticas, sobre todo si aparecen en el rostro.
Si se opta por tratarlas, el tratamiento se basa, generalmente, en la destrucción de las verrugas por medio de diferentes métodos, pero no existe ningún tratamiento antivírico específico ni totalmente efectivo.
- El ácido salicílico: se aplica de manera tópica -combinado con el raspado posterior de la verruga con piedra pómez o una lima de uñas-. Es el único tratamiento que ha demostrado su eficiencia en estudios controlados.
- La crioterapia: se aplica sobre la lesión una torunda con nitrógeno líquido. Como ventaja con respecto al método anterior aporta rapidez, pero es doloroso, deja cicatriz, y pueden precisarse varios tratamientos. Debe evitarse en cara, genitales y en niños menores de cuatro años.
- El ácido fórmico: es un nuevo queratolítico indicado en verrugas vulgares y plantares de manos y pies, codos y rodillas. Destruye el tejido infectado por la verruga por deshidratación.
La mayoría de las veces, las verrugas se eliminan de forma definitiva, aunque pueden volver a aparecer. Esta probabilidad es más alta, sobre todo en el caso de verrugas genitales que, en las mujeres, conllevan la necesidad de una revisión ginecológica completa.
FUENTE: cinfasalud.cinfa.com/p/verrugas