El “cómo me lo tengo que tomar” es una duda, junto a la de cuándo, muy común en la farmacia a la hora de dispensar un medicamento y más en inicios de tratamientos.
Las distintas vías de administración que tienen los medicamentos viene condicionada por el efecto que vamos buscando, que sea rápido a lento, o por el lugar de acción del medicamento, a nivel sistémico/general o localizado, incluso para facilitar el cumplimiento del tratamiento debido a problemas de deglución o sabor.
La vía de administración por excelencia es la vía oral y las formas farmacéuticas más empleadas son los comprimidos, cápsulas, grageas, jarabes, soluciones, suspensiones y granulados. Es la forma más sencilla de administrar y la más segura porque en caso de intoxicación se puede hacer un lavado gástrico pero tiene el inconveniente de que su absorción es lenta y se puede perder parte del principio activo a lo largo de todo el aparato digestivo.
Aquí vienen otras preguntas típicas: ¿puedo partir los comprimidos? ¿puedo abrir la cápsula? ¿puedo machacar las pastillas? La respuesta es NO. Sólo se podrán partir si están ranurados. Si no es así no se puede, ya que nunca se tomará la dosis correcta cuando se hace para reducir una dosis 
superior (por ejemplo, tiene pautado 20 miligramos de simvastatina y bajan la pauta a 10 mg). Las cápsulas tampoco se pueden abrir, ya que pueden presentar una fórmula retardada como es el caso de muchos ansiolíticos y antidepresivos, o el principio activo es sensible a los jugos gástricos y nos interesa su absorción a nivel intestinal. Por último lo de machacar como que lo dejamos para la cocina… En los casos de que haya problemas de deglución y no se puedan tragar los comprimidos, siendo ésta la única alternativa de tratamiento, en las farmacias se pueden adquirir trituradores para poder granularlo y no dañar al principio activo.
Los comprimidos sublinguales se colocan bajo la lengua y se deja que se disuelven solos, ni se tragan ni se muerden. Suele indicarlo en el exterior del envase como “Comprimidos Flash” o “Comprimidos bucodispersables”. Se emplea esta presentación como una vía de urgencia como es el caso de la nitroglicerina sublingual.
Por último los comprimidos efervescentes son aquellos que se disuelven en agua, tampoco se tragan ni se mastican.
Las Soluciones Extemporáneas se preparan añadiendo agua embotellada hasta la marca que indica el envase, unos vienen con una ranura y otros en la etiqueta tienen una flecha indicadora. Una vez cumplido el tratamiento el resto, si sobra, se desecha en los puntos SIGRE que tenemos en las farmacias.
La vía tópica se emplea para aplicaciones locales del medicamento en las zonas de tratamiento. Se presentan en forma de cremas, pomadas, ungüentos, lociones y polvos.
Tengo que aclarar que hay medicamentos que no pertenecen a la vía tópica a pesar de ser aplicados exteriormente como es el caso de la vía oftálmica, vía ótica o vía transdérmica (es la administración de medicamentos a través de la piel con una acción sistémica de liberación sostenida en el tiempo).
Por último la vía parenteral. Las más conocidas y empleadas:
Vía intravenosa, el medicamento se inyecta directamente en la vena. Se utiliza a nivel hospitalario/ambulatorio.
Vía intramuscular, el medicamento se inyecta en un músculo (brazo, muslo, nalga ... ), es el caso de algunos antibióticos y corticoides.
Vía subcutánea, el medicamento se inyecta bajo la piel, es el caso de la heparina.
Espero haber aclarado dudas de las distintas formas farmacéuticas de los medicamentos y sus vías de administración. Si no es así, puedes encontrarnos en la Farmacia de Alcaudete de la Jara, a través del correo electrónico o teléfono.
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